miércoles, 5 de septiembre de 2012

Creo que por fin te he despedido. Renata Durán



Creo que por fin
te he despedido.
Porque logré
que dé lo mismo
que estés aquí
o allá.
De todos modos
estás lejos.

martes, 4 de septiembre de 2012



que confundas mi tristeza con mal humor no es lo que más duele
sino que prefieras dibujar en soledad
que no me dejes cocinarte
mirarte
poner música
y respirar la misma habitación sin hablarnos.

te faltan soledades y yo fui a comprarlas al por mayor
te regalaría algunas pero no son de las que pegan lindo
ve por las tuyas,
dibuja una casita en un árbol y déjame allí.

viernes, 17 de agosto de 2012

jueves, 9 de agosto de 2012

Quiero que sobrevivas cada noche para contemplar mis pupilas y el sube y baja de mi pecho

martes, 5 de junio de 2012



como un ovillo de lana color lila
.
le hablo y no me escucha
le escribo y no me entiende
lo abrazo y se duerme
.
alguien sostiene la punta de lana y tira para sí
.
congelo el momento en que decido una vez más callarme
ya no soporto creer en que va a adivinar lo que pienso
y que nunca suceda
.
la lana por el frío de las baldozas se vuelve hostil
.
lo llamo y no presto atención a lo que me cuenta
estoy esperando que me diga: vamos al mar en tren
que nos encerremos tres días en un cuarto dentro del bosque con una ventana gigante
o que vivamos bajo una frazada tomando té hasta que muera el invierno.


sábado, 5 de mayo de 2012


las pocas palabras que me salen ya son repetidas y no significan lo mismo que la primera vez que las escuchaste
se desgastan, se llenan de telas de arañas que me hacen estornudar
me decís salud y que vuelve mi almita al cuerpo
quiero masticarte que te quedes por siempre dentro mío

 o que te alejes lo más que puedas te hagas diminuto, te subas a las arañas -no elijas una sóla porque me darían muchos celos-
 y vivas en mis palabras repetidas para que ya no pueda extrañarte nunca más

viernes, 16 de marzo de 2012

yo también quiero empezar a pintar un cuadro con vos cuando tenga la primera contracción
y luego de dos horas con los dedos azules, ir por el teléfono.

domingo, 11 de marzo de 2012





es algo gris o rosa pálido como el color de las mejillas con que sueño

decime para qué pasás tus días junto a mi
para qué paseamos juntos
para qué me hacés caso cuando grito que me abraces

me encanta verte dormir pero estoy inquieta
voy al patio a fumar un cigarrillo y se cierra la puerta haciendo ruido
me asusta haberte despertado y que te hayas escapado por la ventana montado de un gato negro con ojos que iluminan tu camino hacia la luna
hago silencio en mi cabeza para escucharte respirar fuerte y saber que seguís soñando lo que casi nunca recordás, me quedo tranquila
cuando vuelva con los pies lleno de tierra podré acariciarte el pelo

quisiera que me inventes historias cuando te pregunto qué soñaste y poder dormirme rápido como vos
juguemos a no dormirnos nunca, tenemos que encontrar ese lugar
donde en cada pestañeo nos acaricie el gris y rosa pálido del aire.

miércoles, 29 de febrero de 2012



imagino lo linda que podría ser la vida en otro lugar pero después pienso que quizás sea como acá, el problema está dentro.



miércoles, 1 de febrero de 2012

ya se lo dije
que no se lo puedo decir
básicamente que no se comunicarme con palabras
ni con movimientos
a veces me encuentro moviéndome de forma antinatural como un flamenco queriendo nadar como sanguijuela en cemento fresco
inevitablemente quedarán rastros de su convulsión emocional.

sólo le puedo contar mis cosas cuando me quedo en silencio
cuando se que no puede escucharme y quiero creer que me siente

hace más de tres días que no riego la planta que me regalaste
quiero verla morir
para besarla y que las hojas se humedezcan y vuelvan a su color

quiero matar para resucitarlo
si todo está vivo no hay esperanzas
no hay juego
no hay amor

dejame matar tus plantas
sólo así voy a poder llorar y pedirte perdón

ojalá nunca me perdones


y te escapes

domingo, 29 de enero de 2012

tenía mucho miedo
la gente pensó que corría porque estaba lloviendo
que lloraba porque no tenía paraguas
que temblaba por la cálida brisa de verano
y que me calmaría una vez que llegue a casa