miércoles, 21 de abril de 2010

jueves, 8 de abril de 2010

hoy guardé todas mis cosas en un papel. voy a hacer una grulla y la voy a dejar en tus manos. dependerá de vos quedarte con mis palabras armadas y dóciles o desplegarlas y dejarlas abiertas y heridas. podrán volver a respirar o morirán para ser algo lindo a tus ojos. si elegís conservarla podés sacarla al balcón por las mañanas para que tome aire, es tan pesada, guarda tantas cosas de las que se trepa, todo tan enredado y apretado que jamás se volará. si llueve es mejor que la entres, todavía no aprendió a no desvanecerse con el agua que cae del cielo. la conmueve, la pone contenta pero al mismo tiempo tan triste que podría evaporarse junto con ella. si, mejor cuidala de la lluvia. si van niños a tu casa podrían agarrarla con sus manos pegoteadas y sucias de muchos colores y hacerla volar. eso le gustaría mucho. si van mujeres escondela en un cajón, podría también derretirse con la lluvia, pero la que cae de sus ojos. si leés un libro ponela en frente tuyo así puede ver como tu cara se transforma, también podrías leerle o susurrarle los fragmentos, renglones o palabras que más te gusten, aquellos que cambien por un ratito tu mundo. podés hacer todo o no hacer nada, amarla o ignorarla. mirarla o pisotearla. quizás ni siquiera la aceptes, quizás tus días sigan pasando como lo hacían antes de que esos dobleces llegaran a tus dedos.